11 septiembre, 2010

El Recoveco

Con mis labios escribí mi nombre en un rincón escondido de tu mejilla.

De esa forma nunca lo ibas a poder encontrar y aún ese día que ya me hayas borrado de ti, de tu casa, de tu rutina, de tu vida; mi nombre seguirá en ese lugarcito calentito y recóndito que no te puedes ver.

Tal vez algun día lo encuentre alguna de tus chicas, ellas tan hermosas, tan diversas. O quién te dice? Tal vez el responsable del hallazgo sea el embalsamador cuando te este preparando para tu último show. En una de esas sea alguno de tus hijos (esos que tendrás seguramente) jugando a besarte todo, los que logren descubrir ese ínfimo espacio hermoso del que me apropie.

Lo importante es que llevás contigo a todos lados mi esencia, la cargás sin saberlo lo cual lo hace tanto más encantador. Y yo, por siempre en mi inconsciente, sé que seguís siendo mio, aunque sólo sea esa parcelita de piel, que me pertenece.

No hay comentarios: